lunes, 27 de febrero de 2012

Recuerdos de niñez...

Cada vez que llego a un lugar desconocido me hace acordar a una de las primeras veces que fuimos en familia a visitar a mis parientes en el norte. Como cualquier niña a punto de cumplir sus ansiadas dos cifras bajaba a toda velocidad del auto en busca de mis tíos para ver como les había quedado la casa que de tanto hablaban con mis padres en el camino.
A mi lo único que me importaba era el colorido jardín que había construido mi tío y su pareja. Me encantó, las rosas rojas intercaladas a las blancas ¡era algo mágico! como llevamos un par de carpas con mi familia quise alojar sola en el jardín para seguir admirando ese lugar maravilloso.
El tío Dante me despertaba temprano en las mañanas para ir a ver carreras de caballos, le encantaba apostar, así se olvidaba de todas las malas palabras que le gritó su madre al irse de la casa para formar una nueva vida junto a mi tío Marcos.
Ambos siempre paseaban por la plaza principal de la provincia disfrutando de un helado sabor pasas al ron.
Ahora, cada vez que me invitan a tomar helado, para tenerlos presente en mi vida pido pasas al ron y me acuerdo de inmediato del tío Marcos y Dante. Me gustaba mucho estar con ellos sentados en un banco.
Mi mamá siempre me prohibió ir a visitarlos. Así que ahora pienso que fue a conocer la casa para luego salir a Santiago pelando por todo lo que vio.

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