Te estoy esperando, tal vez no con las mismas ganas de cuando comenzamos a esperarte, con esa alegría y admiración de cuando diste anuncio a tu llegada.
Pero te estoy esperando igual, aunque con plegarias a cada minuto y con desesperación a cada hora.
Te estoy esperando, no se como ni cuando llegarás. Muero de las ganas de regalarte millones de abrazos para cuando llegues.
Te sigo esperando. Ya llegaste y te haz ido... Gracias por regalarme segundos del más puro dolor y tristeza de toda mi semana.
Te estoy esperando, bah! Verdad que ya desapareció tu figura.