Primer capítulo

Es increíble como combinan las emociones algunas personas desde una mañana cualquiera hasta las tarde en donde aparecen almas cargadas de alegrías y penas a la vez.

En esta ocasión se aprecian dos latidos de algunos corazones con temor y euforia al mismo tiempo, se llega a la selva llena de adornos y varias semillas de romance por esta sabana. Se oyen voces desnudas sin pudor alguno, se alcanza a oír la melodía de los cuerpos al rosarse. Son tantas emociones revueltas que resulta imposible describirlas todas en un mismo sitio, conocer que piensa un ente es difícil, pero al apreciar su rostro de tranquilidad por librarse de alguna necesidad que podría haber tenido es satisfactorio.

Luego, causan atracción inmediata algunos de los rostros de expresiones vacías con la necesidad de gritar a todo el mundo que ya han cumplido la misión menos importante en la vida de cualquier mortal, algunas veces me pregunto ¿será tan impresionante como se cuenta?, ¿es obligatorio hacer una película casi de ciencia ficción? No lo sé, a veces quisiera encontrar una respuesta a todo lo cuestionado al transcurrir el tiempo y cada segundo se llena de experiencias incompletas que se traducen a la temida frase “en busca de la felicidad”, que tan necesario es encontrar esa completa felicidad. Sinceramente estoy tan agradecida de las actividades buenas y malas que me pone Dios en el camino que eso me hace sentir llena de vida y ganas de seguir en esta lucha que es esta selva de cemento, o sea, mi lucha.

Retomando la pasión desenfrenada en la que se encadenan estos cuerpos sin vida, sin sentimientos, me pregunto si alguno de ellos ve lo que está mas allá de este lugar que mezcla emociones de cualquiera que pasa, realiza el acto y se va.

Una mezcla de deseos y pasiones prohibidas desencadenan el acto en el que cualquier ser común y corriente quiere enfrentarse junto a otro para que luego esa unión de efectos naturales se lleve a cabo en el que dos seres olvidados por la sociedad comienzan a sentir aunque sea un poco de afecto por el otro, comenzando así el enlace humano en el que finaliza encontrando cada uno la autorrealización por medio de un tercero.