Noches de viernes en Otoño.
Al igual como llueve repentinamente, te fuiste dejando mil huellas a tus pasos, los chubascos producen la misma reacción. No tuve frío cuando estuviste a mi lado, sino que la humedad de tu simple vacío me está congelando...
No han caído gotas desde entonces, supongo que cuando te vuelva a ver, el cielo se oscurecerá y llorará de la emoción.
¿Estáis o no? Vuestro amor es diferente, os creéis haberlo visto todo pero, vosotros no os conocéis y si nos llagas a ver, no osarás a dudar de lo brutal y grandioso que es vuestro amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario