No preguntes cosas que no deseas escuchar.
No me rechaces sabiendo que no me alejaré.
No me escribas, no me mires, no me hables.
No me recorras con esas manos grandes y hermosas que haz de poseer.
No me toques con esos labios suaves que me fascinan.
No me encantes, no me amarres a tus deseos, a tus pasiones, a tus delirios.
Pero hazme tuya a cada minuto sin moverte de tu asiento.
No hay comentarios:
Publicar un comentario