Sabían que en la casa había un paquete de arroz. Ya estando en
el paradero, se dieron cuenta de que se hacía tarde y que las
bolsas cortaban sus dedos. Ella y los niños se subieron a una 7,
la que llega más alto en la ciudad. Se bajaron donde siempre y
comenzaron a caminar lentamente. A los tres se les empapaba
el cansancio en la espalda. Claudita iba como flotando
cuando preguntó: "¿Mamá, por qué vivimos tan arriba?".
"Camina no más, hija, que éste es un atajo al cielo".
"Camina no más, hija, que éste es un atajo al cielo".
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